lunes, 22 de junio de 2009

El Sur. Víctor Erice.

Director: Víctor Erice
Productor: Elías Querejeta.
Reparto: Omero Antonutti, Sonsoles Aranguren, Icíar Bollaín, Lola Cardona, Rafaela Aparicio.
Fotografía: José Luis Alcaine
Año: 1983

“Esas islas son las islas del sur,
cuentan que en ellas estuvo en tiempos el Paraíso.”

Víctor Erice, director de tan sólo tres largometrajes, ha sabido encontrar un sitio preferente en la historia del cine español. Su escasa filmografía no le supone un lastre a la hora de ser considerado uno de los mejores realizadores nacionales, sino que, por el contrario, crea pesar a los espectadores y críticos al no satisfacer el deseo de ver más.
Después de realizar varios cortometrajes durante la década de los 60, Erice estrena el 1983 el que iba a ser su segundo largometraje. El Sur, película maldita para el director, encarna a la perfección la lucha del autor individual y de las circunstancias exteriores que rodean toda la elaboración de un film.
Víctor Erice sigue sin ver El Sur como una obra completa, justo a la mitad del rodaje, el productor Elías Querejeta anunció que la falta de financiación impedía continuar con el proyecto, dejando al director con tan sólo la mitad de su obra. A raíz de esto, ha existido un pensamiento generalizado de que El Sur es una película de dos partes y que el espectador sólo está viendo la primera. Erice desmintió estos rumores y afirmó que siempre había pensado en su obra como un conjunto y que el corte que tuvo que sufrir la convierte en inacabada.
A pesar de ello, El Sur fue muy bien recibida por la crítica, recibiendo numerosos elogios y llegando a ser proyectada en el Festival de Cannes. Hoy en día, la poesía que emana de El Sur sigue sin dejar indiferentes a espectadores y críticos.

El Norte.


Basado en un relato de Adelaida García Morales, El Sur cuenta la historia de una familia, la de Estrella, una niña, una joven, que a través de sus recuerdos infantiles comenzará un viaje hacía los misterios de la vida adulta, hacia los secretos más ocultos de su padre.
Con la voz en off de la propia Estrella, Erice teje el hilo conductor de una historia que comienza con la muerte del padre y con la aparición de un objeto fundamental: el péndulo. Estrella encontrará debajo de su almohada aquello que significa más de lo que aparenta, que simboliza la vida del padre, el amor por su hija y un misterio que cada vez se enfoca más hacia el sur.
La muerte inicia lo que serán un cúmulo de recuerdos de infancia de la joven y que llevarán al espectador hacia un rumbo puesto en un lugar mítico, que es el sur. Estrella vive con sus padres, la madre, maestra de escuela represaliada tras la guerra y el padre, médico y zahorí. Viven en una gran casa en el campo, la Gaviota, en un lugar sin nombre allá en el norte. Poco a poco, Estrella va creciendo envuelta en los recuerdos y en la soledad de la casa. El paso del tiempo hará que la personalidad del padre se vuelve más tosca y, así, de repente, Estrella empieza a comprender el pasado, un nombre, Irene Ríos y un misterio. Un día encuentra a su padre en el cine viendo una película en la que sale la misteriosa mujer y. a partir de ahí, el sur y la llegada de dos mujeres a la casa, su abuela y la criada. Pequeños extractos de vida que Erice plasma en la pantalla con una admirable sencillez.
En El Sur, Víctor Erice vuelve a temas que había explorado antes en su anterior largometraje, El espíritu de la colmena. La trama se sitúa de nuevo durante la posguerra y la vida la vemos a través de los ojos de una niña. El director compone una historia que mezcla recuerdos, vivencias que han sido importantes en la infancia. La figura del padre, interpretado por Omero Antonutti, se presenta ante la niña, prácticamente, como un ser mágico, oscuro y sabio. Estrella admira a su padre, le respeta y a raíz de su muerte, inicia un recorrido emocional que la transporta hacia el pasado. Sus vivencias conectan con el espectador porque lo devuelven a ese mundo lejano de la infancia y la inocencia. Estrella mitificará el sur y, de esta forma, se convertirá en algo más que una simple región en el mapa, simbolizará el pasado, lo desconocido…definitivamente, una tierra prometida e inalcanzable.
La película termina en la misma habitación donde empezó, con una iluminación exquisita, Estrella se dispone ahora a recorrer su propio camino…el sur le espera.
Erice sólo ve aquí una elipsis, no el fin, Estrella debía bajar al sur y conocer los secretos de su padre, Irene Ríos, su otro hijo, el personaje de Fernando Fernán Gómez, que iba a ser el tío… aún así, el film es una obra total, la no presencia del sur, refuerza el simbolismo latente y la sugerencia del viaje de Estrella es ya suficiente para el espectador.

La luz.


Erice elige un escenario concreto que llegará a adquirir una gran relevancia, la casa, es decir, La gaviota, se convierte en un espacio clave en el transcurrir de la obra. Para Estrella, la casa es portadora de secretos y de aventuras, representa la pérdida de la inocencia, en ella han ocurrido todos los acontecimientos importantes de su vida. La habitación prohibida del padre alimenta el imaginario de la niña, enalteciendo su figura aún más.
La fotografía de Jose Luis Alcaine es magnífica, la composición del cuadro con respecto a la luz exterioriza los sentimientos y las pasiones de los personajes. Erice cuida todo, la luz nos transporta hacia otro tiempo, el claroscuro típicamente caravaggiesco está presente durante todo el film. Cada fotograma está tan pensado como una fotografía, la luz incide justo en el punto exacto donde tiene que incidir.
La composición de los planos es perfecta, la imagen es capaz de transmitir por sí sola, una mirada del padre nos dice todo. Erice prefiere los planos largos, el ritmo que le imprime a la película es pausado, toda la obra está compuesta por sucesivos recuerdos y sensaciones que se complementan una a la otra. Cada escena es un extracto de vida, de realidad. La película no necesita rapidez, los planos se suceden unos a otros dejando el espacio suficiente para que el espectador pueda sumirse en la poética de cada uno de ellos.
El Sur está narrada con un gran flash-back o bien por números flash-backs, todo comienza en el presente donde se observa a una Estrella ya adolescente, el padre acaba de suicidarse y el péndulo está ahí, anunciando todo lo que ha ocurrido.
Víctor Erice tiene esa capacidad de realizar obra que parecen fuera del alcance de los demás, la sensación de vida que imprime a sus historias y a sus personajes, resulta, a veces, desconocida ante muchas otras obras contemporáneas. El cuidado laborioso de cada detalle del film hace de El Sur lo que es, una obra maestra.

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